Controlar o Controlarte…
octubre 2, 2022Por Karla Baturoni
Uno de los grandes errores al Educar, es que los padres confunden disciplinar con poder y control, para justificar el someter, en algunas ocasiones manipular, y “hacer que el niño haga lo que le pido” a toda costa. Educar de manera consciente es entender que a la única persona a quien puedes controlar es a tí mismo.
Como nos comparte Hal Runkel, cuando gritamos el mensaje que damos es “Cálmame”, al decirle al niño “Cálmate, contrólate”… es en realidad un grito desesperado inconsciente que dice: “Por favor cálmate y contrólate para que yo pueda controlarme”.
Recuerda la última vez que perdiste el control con tus hijos… de fondo… con objetividad y honestidad… pregúntate… ¿qué miedo había detrás de tu reacción? Que le daba a tu hijo el mensaje indirecto de: “Ya no puedo manejar esto, así que necesito que te comportes mejor para poder manejarme a mí mismo”.
Para poder ser influencia en tus hijos y que quieran escucharte, primero debes dejar de controlar, ser prudente, es decir, sentirte cómodo ante lo incómodo, recuerda que tus hijos actúan como niños, y que están en proceso de aprendizaje, por eso es importante ser prudentes, no los coloques en situaciones en donde ellos puedan tener tanto poder para avergonzarte que nos hagan “Necesitar” que se comporten.
El gran problema en la educación es que está demasiado centrada en los niños. Todos nos sentimos increíblemente ansiosos por nuestros hijos y por sus acciones y no sabemos qué hacer al respecto. Nos inquietamos y preocupamos por el tipo de personas que serán, estamos tan centrados en ellos que no nos damos cuenta cuando se apodera de nosotros la ansiedad y nos volvemos reactivos, y transferimos nuestra ansiedad a nuestros hijos, por eso no permitas que la ansiedad te comande.
Debemos entender que educar No es sobre los niños, es sobre nosotros como guías y nuestras reacciones ante sus conductas, ese es el gran Reto de ser padres.
Ser guía de tus hijos implica un CAMBIO RADICAL: de controlar la conducta de tus hijos a influir en sus decisiones. Tu meta es INFLUIR. Si queremos ejercer influencia, primero tenemos que poder mantenernos bajo control. Solo entonces podremos escoger nuestra respuesta, es decir… cómo queremos comportarnos, sin importar cómo elijan comportarse nuestros hijos.
En otras palabras, la impulsividad emocional es un motivo para que miremos hacia adentro, y centrarnos en nuestro crecimiento, en mis huecos de la infancia y mi inmadurez emocional, al ser conscientes de esto, entonces dejamos de ver a los hijos como “enemigos” con quien luchar y a quien ganar, sino como guías para nuestro crecimiento interior. Nuestra reactividad emocional es nuestro peor enemigo, es nuestra lucha más grande como papás, no con nuestros hijos.
Lo que los niños necesitan son padres que puedan “mantener la calma” aun cuando la situación está que arde. Los niños quieren, y necesitan padres que sean mucho menos ansiosos y tengan más sensatez que ellos. Ser padres conscientes consiste en calmar nuestras respuestas reactivas ante la ansiedad que nos provocan sus comportamientos.
Tu papel principal como líder es mantener una Autoridad Calmada. Cuando entendemos esto, comenzamos entonces a educar de una manera más consciente.
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