Eres tu Mamá

Eres mi Ángel

Hola mamá. Se que todavía no sabes que existo, pero yo ya te amo. No hay nadie en quien confíe mas que en ti. Estoy segura de que aquí, dentro de ti, estaré protegida. Se que la conexión que nos une va mucho mas allá que este cordón umbilical.

Hoy me tocará conocerte mamá. Estoy asustada porque ya no estaré dentro de ti. Pero ya muero por ver tus ojos y conocer a papá.
Dios me había prometido un ángel para que me cuidara y me enseñara los primeros años de mi vida, pero nunca me imaginé que al abrir mis ojos me encontraría con él. Eres tu mamá, mi ángel. La luz que ilumina tu rostro, tu sonrisa y tu corazón me lo dejó claro.
El primer dolor que siento es el hambre, y tu mamá, como toda una heroína, me lo quitas de inmediato, dándome un poco más de ti. Como si no hubiera recibido demasiado ya por casi un año. Pero tu no te cansas de darme todo lo que eres y todo lo que tienes. Tu sabor es dulce, tu piel es suave, escuchar tu corazón tan cerca hace que el mío lata al mismo ritmo que el tuyo.
Gracias mamá por darme la vida y porque estoy segura de que por el resto de mi paso por este planeta, estarás sosteniendo mi mano.
He crecido, el mundo ha cambiado, se que las cosas nunca volverán a ser iguales y me cuesta adaptarme. Pero justo cuando creía que ya no pertenecía, tu llegaste y calmaste todos mis miedos. Había llorado por días, en un mundo capitalista y materialista donde no se nos permite derramar lagrima, y solo tu me comprendiste.
Me abrazaste, con brazos de dulzura y calor maternal, y fue como agua en el desierto. Estaba desierta de cariño, desierta de amor, y no entendía porque me sentía así. Inhalé tu aroma como oxigeno para el alma, me apretaste contra tu pecho y las gotas de dolor comenzaron a salir por mis ojos. No dijiste una sola palabra. No lo necesitabas y yo tampoco. Solo tu entendías ese código que yo expresaba que tenía todo menos palabras. Un corazón roto, una rodilla raspada, un rechazo de amigos o una mala nota, para un niño un problema así, por más pequeño que sea, en su momento parece tan grande como su mundo y solo una madre es capaz de comprender eso y abrazar el corazón tan fuerte hasta que todos los pedazos rotos se hayan vuelto a unir.

Se habla tanto del amor incondicional de una madre hacía un hijo porque es uno de los temas mas hermosos que existen. La manera como una madre se entrega a su pequeño sin medida, sin precio, sin razón mas que el amor propio es inigualable. No hay ser en este planeta que esté dispuesto a dar mas que ellas.
Pero, el amor de un hijo hacia su madre es uno de los más puros que existen.
La mirada directa de los ojos de un pequeño a los de su madre solo contiene sentimientos de inocencia, pureza y lealtad. La seguridad y tranquilidad que un niño siente al estar abrazado al pecho de su madre, escuchando el latido de su corazón y su respiraron no se compara con nada. Cada hijo es una prueba directa de que no se necesita ser padre para amar incondicionalmente.