Un caballero

“cortés no quita lo valiente”

En la edición de este mes decidí escribir algo que se está perdiendo y va ligado a la educación: nosotros, como hombres, no debemos olvidar ser unos verdaderos caballeros en todos los aspectos de nuestras vidas, ya que al pasar de los años pensamos que esto es anticuado y fuera de moda. Es un grave error que cometemos y en nosotros está actuar y comportarnos a la altura de las circunstancias.

Un caballero se caracteriza por ser una persona que fomenta los valores y los lleva a la vida diaria: ser romántico, desinteresado, digno, leal, prudente, bondadoso, distinguido, fiel, decente, noble, cortés, cumplido, elegante, refinado, con estilo, entre otras características. ¡Es lo que define a un caballero!

¿Crees que existan hoy en día hombres que cumplan con estas características para ser llamados caballeros?

Un caballero no nace, se hace por medio de los modales y sus hechos. Es a través de sus actos de sus acciones, de sus formas de expresarse y de exhibirse, las maneras que refleja si su comportamiento será asumido como formal, educado y digno, o bien, revelar lo contrario.

“Candil de la calle, oscuridad de su casa”. Este dicho queda bien para las personas que se comportan como “caballeros”, pero sólo cuando no están en casa. Ser un caballero aplica en todos los lugares y debe comenzar en casa.

Existen muchas actitudes que nos pueden ayudar a seguir siendo Caballeros:

Respeta a TODAS las mujeres -sin importar si las conoces, ni su edad o su dinero- siendo incapaz de sobrepasarse u ofenderlas de alguna forma.

Un caballero nunca agrede a ninguna mujer, ni emocional, ni física y mucho menos sexualmente. NO ejerce la violencia hacia las damas. (Recuerden: un sujeto que golpea o agrede a una mujer, no sólo no es un caballero, es un patán y un cobarde).

No la ignora y, mucho menos. voltea a ver a otras mujeres en su presencia; tampoco hace comentarios lascivos  de otras mujeres.

Jamás habla mal de una mujer y menos de aquella que fue su última relación amorosa; evita el lenguaje y actitud machista, nunca pone en duda que las mujeres son todas unas damas.

Recuerda fechas, lugares, es puntual. Con eso demuestra que siempre piensa en la mujer que tiene al lado, aunque tenga mil cosas que hacer.

Es paciente, no le interesa ganar una discusión. Es difícil saber cuándo abandonar un tema, incluso dándolo por perdido; sin embargo, un caballero lo hace sin que su orgullo se dañe en lo más mínimo. Así demuestra su verdadera grandeza.

No pelea ni discute, no importa si está en público o en privado. Contesta con elegancia, inteligencia y sin agresividad.

Siempre abre la puerta a una mujer, le cede el paso, le da el asiento, le ayuda a quitarse el abrigo, le retira la silla para que pueda sentarse o le ayuda a cargar cosas; el hecho de que lo haga no es que las mujeres sean inferiores, sino que es educado y atento.

Se viste bien, va perfumado, seduce con su presencia.

Debe hablar con prudencia y en voz baja en lugares públicos, no quiere llamar la atención.

Es puntual, pero cuando sabe que va a llegar tarde habla con por teléfono para avisar.

No dice groserías, ni hace ademanes grotescos.

Siempre utiliza las palabras mágicas: “Por favor y gracias”.

Jamás habla mal de nadie, mucho menos se burla ni critica a otros.

Siempre acepta una disculpa y sabe ofrecerla cuando así lo amerita.

Invariablemente cuando camina por la calle le da el paso a las personas mayores y a las mujeres. Al ir acompañado de una dama siempre ocupa el lugar de afuera; este es un detalle de protección para la mujer.

Cuando va a un restaurante le ofrece la silla a la mujer y le deja el mejor lugar de la mesa.

Nunca habla del costo de las cosas: ni de un traje, de un carro, ni de opulencia… no está enamorado del dinero.

Respeta los lugares de estacionamiento para discapacitados, trata de ayudar a las personas que lo necesitan en la calle cuando así lo amerita.

Si no sabe de algún tema en particular, se queda callado, pero investiga y aprende por cultura general.

Un caballero es, en definitiva, un hombre correcto, respetuoso y ecuánime en todo momento y en cualquier circunstancia.

Este artículo es adecuado para compartirlo con tus amigos y amigas, recuerda que lo “cortés no quita lo valiente” y recuerden que siempre es bueno fomentar los valores para que éstos no se queden en el olvido.

Estoy a sus órdenes en mi blog www.tipsdeimagen.com

Síguenos en las redes sociales: Facebook.com/tipsdeimagen  – Twitter: @Tips_imagen – Pinterest: Tipsdeimagen  o manda un correo a bordaz@tipsdeimagen.com